Úlceras por decúbito.
Casi todas las úlceras por decúbito (por presión) se desarrollan durante la hospitalización por enfermedad aguda. Las tasas de frecuencia varían de 3 a 30%. El principal factor de riesgo para estas úlceras es la inmovilidad. Otros factores de riesgo comprenden disminución de la percepción sensorial, humedad (incontinencias urinaria y fecal), desnutrición, así como fuerzas de fricción y desgarro.
Las úlceras cuya base está cubierta por tejido que se esfacela (amarillento, pardo, grisáceo o verdoso) o por una escara (oscura, parda o negruzca), se consideran inclasificables. Se sospecha de lesión de tejidos profundos cuando se encuentra un área de piel intacta color violáceo o de color rojizo oscuro, o bien cuando se observa una vesícula llena de sangre. El área puede ser precedida por tejido que previamente era doloroso, de consistencia firme o blanda, caliente o fría en comparación con el tejido adyacente.
Es posible utilizar varios instrumentos de valoración del riesgo, entre ellos la escala de Braden y el sistema de calificación de Norton para valorar el riesgo de desarrollar úlceras por presión.
Prevención.
- Uso de superficies de soporte especializadas (colchones, camas y cojines).
- Cambios frecuentes de posición
- Optimización del estado nutricional y la humectación de la piel de la región sacra.
Valoración.
Debe incluir factores de riesgo del paciente y objetivos de la atención; etapa, tamaño y profundidad de la herida; presencia o ausencia de exudado y su tipo; apariencia del fondo de la herida, así como posibilidad de que surja infección circundante, trayectos fistulosos o celulitis. En las úlceras por presión atípicas o que no cicatrizan, ha de realizarse una biopsia para descartar neoplasia maligna u otras lesiones menos frecuentes, como la piodermia gangrenosa.
Tratamiento.
Eliminación de desechos necróticos y la conservación de un lecho de herida húmedo que favorezca la cicatrización y la formación de tejido de granulación.
El tipo de apósito que se recomienda depende de la localización y la profundidad de la herida, presencia de tejido necrótico o espacio muerto y cantidad de exudado,
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