martes, 12 de enero de 2016

MEDICINA INTERNA. ÚLCERAS POR DECÚBITO.


Úlceras por decúbito. 

Casi todas las úlceras por decúbito (por presión) se desarrollan durante la hospitalización por enfermedad aguda. Las tasas de frecuencia varían de 3 a 30%.  El principal factor de riesgo para estas úlceras es la inmovilidad. Otros factores de riesgo comprenden disminución de la percepción sensorial, humedad (incontinencias urinaria y fecal), desnutrición, así como fuerzas de fricción y desgarro. 
Las úlceras cuya base está cubierta por tejido que se esfacela (amarillento, pardo, grisáceo o verdoso) o por una escara (oscura, parda o negruzca), se consideran inclasificables. Se sospecha de lesión de tejidos profundos cuando se encuentra un área de piel intacta color violáceo o de color rojizo oscuro, o bien cuando se observa una vesícula llena de sangre. El área puede ser precedida por tejido que previamente era doloroso, de consistencia firme o blanda, caliente o fría en comparación con el tejido adyacente. 
Es posible utilizar varios instrumentos de valoración del riesgo, entre ellos la escala de Braden y el sistema de calificación de Norton para valorar el riesgo de desarrollar úlceras por presión.

Prevención.

  •  Uso de superficies de soporte especializadas (colchones, camas y cojines).
  • Cambios frecuentes de posición
  • Optimización del estado nutricional y la humectación de la piel de la región sacra.

Valoración.

Debe incluir factores de riesgo del paciente y objetivos de la atención; etapa, tamaño y profundidad de la herida; presencia o ausencia de exudado y su tipo; apariencia del fondo de la herida, así como posibilidad de que surja infección circundante, trayectos fistulosos o celulitis. En las úlceras por presión atípicas o que no cicatrizan, ha de realizarse una biopsia para descartar neoplasia maligna u otras lesiones menos frecuentes, como la piodermia gangrenosa.

Tratamiento.

 Eliminación de desechos necróticos y la conservación de un lecho de herida húmedo que favorezca la cicatrización y la formación de tejido de granulación. 
El tipo de apósito que se recomienda depende de la localización y la profundidad de la herida, presencia de tejido necrótico o espacio muerto y cantidad de exudado,

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